Pero, ¿cuánta energía va a consumir mi casa?

La eficiencia energética de los edificios se ha convertido hoy en día en una prioridad para empresas y administraciones, en el intento de usar los recursos disponibles de una manera más sostenible. No en vano, el 18,7% de la energía que se gasta en España se consume en el ámbito residencial, según datos del IDAE, organismo del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital. El 47% de ese consumo en España está provocado por la calefacción, según este organismo, aunque un estudio de Eurostat eleva ese porcentaje al 65% en el ámbito de la Unión Europea al completo.

Es complicado mejorar esta situación sobre la vivienda antigua, ya que se estima que, de los 9,7 millones de edificios residenciales que hay en España, el 95,8% no cumplen las exigencias aconsejables de eficiencia energética, también según el IDAE. Sólo el 4,59% se construyó conforme al Código Técnico de la Edificación de 2007; mientras que el 39,1% se hizo según la legislación básica de 1979; y el 56,31%, debido a su antigüedad, sin atender a ninguna normativa de ahorro de energía.

Al menos, la legislación en vigor para edificios de nueva construcción, tanto en España como en el resto de Europa, tratan de reducir el consumo de energía, manteniendo la misma calidad de vida y el mismo confort de la personas.

Junto a la normativa, la concienciación cada vez mayor de la ciudadanía también fomenta la construcción de edificios que tiendan a un nivel de eficiencia energética máximo y un consumo nulo o muy bajo. Así, empiezan a ser frecuentes edificaciones autosostenibles, realizadas con materiales que mejoran su aislamiento térmico y que utilizan al máximo energías renovables y alternativas naturales que no provocan consumo eléctrico ni de otras fuentes de combustibles fósiles para la calefacción, refrigeración o iluminación de las viviendas y zonas comunes.

Las constructoras y promotoras más avanzadas se están volcando en incorporar innovación a su trabajo de cara a minimizar el consumo de energía, agua, etc., y reducir las emisiones.

Pequeño diccionario sobre eficiencia energética

En la práctica, esto se traduce a veces en un laberinto de términos en folletos e información promocional de las viviendas, de manera que los posibles compradores no tienen claro qué significa lo que una empresa les está ofreciendo cuando van a comprar una casa y qué ventajas puede tener.

Para intentar poner un poco de orden:

Aerotermia. Energía térmica que se obtiene del aire caliente, a través de una bomba de calor. Esta máquina extrae hasta el 77% de la energía del aire, de modo que sólo el 23% restante lo obtiene a través de electricidad.

Agua caliente sanitaria (ACS). Está bastante extendido el uso de estas siglas, aunque muchas personas no saben que se refiere al agua potable caliente que se utiliza para baños, ducha, lavado, fregado, etc. Generalmente, la expresión “ACS” aparece en el material promocional de las viviendas indicando cómo se obtiene ese agua (a través de calderas de gas, eléctricas, energía solar, etc.).

Aislamiento térmico. Este concepto está relacionado con la resistencia térmica de los materiales o su dificultad para transmitir la energía. Cuanto mayor es esta resistencia mejor es el aislamiento térmico que ofrecen.

Arquitectura bioclimática. La arquitectura bioclimática aprovecha las condiciones climáticas del entorno de una edificación para minimizar su consumo energético y su generación de emisiones, reduciendo la necesidad de iluminación artificial, y maximizando la utilización de materiales más eficientes. Realizar un estudio bioclimático previo al diseño ayuda a definir los condicionantes que favorecen una construcción que tienda al “consumo cero”.

Biomasa. La biomasa consiste en la utilización de la materia orgánica como fuente de energía. Su uso se ha extendido en el ámbito residencial, con aplicaciones térmicas a través de calderas, estufas o chimeneas. Presenta ventajas potenciales cuando se produce y utiliza de manera sostenible, ya que se obtiene de residuos (madera, huesos de aceituna o cáscara de frutos secos). Pero diversos estudios indican que su uso como combustible genera emisiones de elementos contaminantes como dióxido de nitrógeno, partículas en suspensión, dióxido de azufre e hidrocarburos.

Bomba de calor y frío. Máquina térmica capaz de tomar calor -o frío- de un espacio y transmitirlo a otro. Utiliza básicamente la aerotermia, aunque también puede aprovechar la geotermia. Como calefacción, toma el calor del aire exterior y lo transfiere al interior; cuando refrigera, extrae calor del aire interior y lo expulsa al exterior. De este modo, aportan aire caliente en invierno, frío en verano, y agua caliente durante todo el año (un equipo de aerotermia puede aportar calefacción a través de aire, radiadores y suelo radiante). La calefacción por aerotermia puede ser hasta un 25% más barata que la obtenida con gas y consume un 30% de la energía que necesitarían los radiadores eléctricos convencionales.

Calificación energética de edificios. Igual que con los electrodomésticos, hay que poner atención en la calificación energética de la vivienda que se esté comprando o alquilando. Especialmente, con el mercado de segunda mano. Cuanto mayor sea la eficiencia, menor será la factura mensual de energía, comparado con una vivienda de similar tamaño.

La administración emite los certificados a través de empresas acreditadas. Esos certificados miden las emisiones de CO2 que genera un edificio o vivienda, así como el consumo de energía primaria no renovable que necesitarán sus ocupantes al año en unas condiciones normales de funcionamiento. Tiene en cuenta aislamientos, calidad de materiales, o diseño, entre otras variables.

El grado de eficiencia se define mediante letras y colores, siendo “A” el mejor y “G” el menos eficiente y el que tendrá un mayor consumo de electricidad, gas, etc. Expresado en euros, si la factura energética media de un tipo de vivienda es de 100 euros al mes, se reduciría a 60 euros en una vivienda con calificación A y subiría a unos 135 euros en una del nivel G.

Esta etiqueta tiene que aparecer en todos los elementos promocionales de venta o alquiler.

Geotermia. Es un tipo de energía renovable que se obtiene mediante el aprovechamiento del calor natural del interior de la tierra. Puede utilizarse tanto para calefacción como para refrigeración; generalmente, a través de una bomba de calor geotérmica, que aporta aire caliente en invierno, frío en verano y agua caliente durante todo el año. En realidad no produce calor, sino que lo transfiere de un ambiente a otro, según haga falta.

Masa térmica. Es la capacidad que tienen los materiales de acumular y liberar calor en ciertos momentos de cada día, tanto la cantidad que absorben como la velocidad a la que lo toman y lo pierden. Se refiere a fachadas, suelos, paredes, techos, etc. y está relacionada con su densidad: cuanto mayor es la densidad, más elevada su masa térmica -tiene más capacidad de acumular calor-.

En un espacio de trabajo, generalmente, la mayor carga térmica se produce durante las horas centrales del día. Externamente, el sol incide en la fachada con más intensidad; e internamente, hay más personas, máquinas que generan calor, más iluminación, etc.

Aprovechar ese desfase entre interior y exterior, así como su amortiguación, favorecen que un edificio mantenga condiciones confortables ahorrando consumo energético.

Cuando se analiza una construcción también hay que tener en cuenta la inercia térmica, que es su capacidad de mantener unas condiciones de confort aislando el interior de las condiciones exteriores. Así, un edificio con gran inercia térmica ofrece variaciones de temperatura moderadas.

Passivhaus. Este estándar genera edificaciones con un gran aislamiento térmico, aprovecha la energía que genera el sol para lograr una mejor climatización, busca optimizar la calidad del aire interior, así como el control de las infiltraciones. Con todo ello, se sitúa en la máxima eficiencia energética (Clase A) y reduce el consumo energético destinado a calefacción y refrigeración hasta en un 60% respecto a una construcción convencional.

El estándar Passivhaus está relacionado con la optimización de los recursos a través de técnicas pasivas, pero no implica la utilización de productos, materiales o estilos concretos. Para lograr la certificación Passivhaus, los edificios tienen que cumplir con unos requisitos establecidos en cuanto a demanda de calefacción, refrigeración, energía primaria y hermeticidad.

Recuperador de calor. También llamado intercambiador de calor a contracorriente, recupera la energía que se utiliza para climatizar un espacio, donde el aire interior está caliente en invierno y frío en verano. Los recuperadores aprovechan un porcentaje muy alto de la energía residual de ese proceso de expulsar aire caliente o frío al exterior de un edificio o local, que de otro modo se perdería. Genera un ahorro considerable, ya que precalienta o enfría previamente el aire exterior en el recuperador, disminuyendo el gasto en climatización, a la vez que mantiene un aire limpio y saludable, renovándolo de manera constante.

Sistema de ventilación mecánica controlada (VMC). Se utiliza tanto para ventilar espacios en los que no es posible hacerlo abriendo las ventanas o para reducir pérdidas de energía al renovar el aire de ese lugar. Un sistema de ventilación mecánica controla el caudal de aire renovado según las necesidades de cada momento -teniendo en cuenta temperatura, humedad, etc.- y recupera parte de la energía generada al expulsar el aire interior, reduciendo el consumo. Por ejemplo, ahorra hasta un 25% en calefacción cuando se utiliza en los meses de más frío del año, frente a un sistema tradicional abriendo las ventanas durante un tiempo cada día.

Suelo radiante. Es un sistema de calefacción a través de agua caliente mediante pequeñas tuberías que se colocan bajo el suelo. Esto se puede lograr tanto con calderas, con energía solar o con una bomba de calor. Otra alternativa es la colocación de un sistema de resistencias bajo el suelo, de manera que se alimente por electricidad. La factura, frente a los radiadores eléctricos, puede ser el 20% más económica.

Sistema District heating & Cooling. Es un sistema centralizado de producción de calor y frío aprovechando el vapor que genera la combustión de residuos (biogás, biomasa, sistemas de condensación o sistemas de cogeneración). Los sistemas district heating se usaron inicialmente para abastecer distritos o barriadas, y se está empezando a aplicar a la red de viviendas que componen una promoción grande, ofreciendo calefacción, aire acondicionado y agua. Se compone de diversos circuitos diferenciados de agua caliente y fría. Además, necesita mucho menos espacio dedicado a estas cuestiones: las calderas de cada vivienda se sustituyen por una sala técnica común en donde se intercambian el calor y el frio entre el agua del circuito externo -que comparten varios edificios- y la del circuito interno.

Buenas prácticas

Por su parte, ACR Grupo, aplica técnicas de eficiencia energética en todas sus promociones, tanto en el diseño de los edificios y de cada vivienda, materiales, dispositivos, etc. Además, la compañía ha editado la Guía para el uso responsable de la energía en el hogar, un manual de fácil aplicación que sintetiza numerosos consejos prácticos para reducir el consumo en: calefacción, refrigeración, ventilación, luz, agua, electrodomésticos y aparatos electrónicos.

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