El ahorro energético es uno de los conceptos “novedosos” que se ha extendido entre la ciudadanía en los últimos años. Resulta lógico, ya que la electricidad se encareció un 83,2% entre 2003 y 2015 para el consumidor medio doméstico, según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Eso son muchos euros al cabo del mes para cada presupuesto.
La subida de la factura de la luz sigue en aumento y alcanza el 18,2% en el último año según ha calculado la organización de consumidores FACUA.
Así que, llegados a esta calurosa primavera, que registra niveles de canícula, conviene extremar el cuidado en el hogar para que los próximos recibos no se disparen.
Por eso ACR Grupo ha editado una Guía para el uso responsable de la energía en el hogar, de fácil aplicación para cualquier persona. Seguir las recomendaciones de este manual supone un enorme ahorro en la factura energética de una vivienda en refrigeración, ventilación, luz, agua, electrodomésticos y aparatos electrónicos, entre otros. Estos consejos permitirán mantener el confort cotidiano sin necesidad de hacer apenas sacrificios a cambio.
Como humo se va
El 35% de la energía que se consume en un hogar es eléctrica, según el IDAE, organismo del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital. Así que es necesario identificar dónde se nos va el dinero cuando llega el calor: el aire acondicionado, por ejemplo, puede aumentar hasta en un 30% la factura de electricidad de una vivienda.
Cuando se pone en marcha el aire acondicionado hay que cerrar puertas y ventanas para evitar fugas y que sea más eficaz, programando el sistema para que mantenga las habitaciones entre 23 y 25 ºC, con lo que se consigue una temperatura equilibrada y confortable. Cada grado que se intente reducir supondrá un incremento de alrededor de un 8% en el consumo. También hay que realizar un mantenimiento adecuado, con limpieza anual de filtros, lo que mejora el rendimiento del equipo.
En este sentido, conviene recurrir a la ventilación natural siempre que sea posible, aireando la casa por las noches y evitando el mediodía.
Si el calor arrecia y hay que recurrir a un aparato, los ventiladores reducen la sensación térmica entre 3 y 5 ºC y su consumo eléctrico es un 80% menor que el del aire acondicionado.
Para aclimatar mejor el hogar hay soluciones tradicionales tan útiles como los toldos, que reducen hasta un 60% la demanda de refrigeración en los meses de verano. También es aconsejable bajar las persianas durante el día; al menos, en aquellas ventanas en donde incida el sol, ya que mejoran el aislamiento.
Ahorro en electrodomésticos
Igual que resulta caro reducir la temperatura en el hogar, cada grado de menos en el frigorífico supone un aumento del 5% del consumo de electricidad. Para un correcto funcionamiento y consumo óptimo, el refrigerador debe estar a 5 ºC y el congelador a -18 ºC.
Su colocación también es importante: nunca debe estar cerca de focos de calor como ventanas, hornos o cocinas, porque su consumo aumentaría un 15%. Otro “truco” es abrir la puerta sólo lo necesario, para evitar pérdidas de frío que obliguen al aparato a consumir más, igual que no introducir comidas que estén aún calientes.
Un dato importante más a tener en cuenta cuando se va a comprar un electrodoméstico es el etiquetado energético, ya que indica si consumirá más o menos. Por ejemplo, un frigorífico A+++, el más eficiente, ahorra un 60% en comparación con un aparato de gama media, unos 450 euros/año.
Una duda muy común es si conviene apagar del todo las pantallas y los dispositivos electrónicos. Claramente sí hay que apagarlos por completo desde el botón de encendido del propio aparato. Mantenerlos en stand by (apagarlos desde el mando a distancia o dejarlos en reposo) puede llegar a suponer un total del 10,7% del consumo energético de la vivienda. Además, pueden contribuir a aumentar la temperatura en las habitaciones en donde se encuentren.
Un chorro de dinero
Sin ser tan relevante para el presupuesto familiar, el recibo del agua también ha subido en España, de manera que hay que tener más cautela a la hora de refrescarse. Para empezar, el caudal óptimo de un grifo debe ser de 6 litros por minuto. De este modo se ahorra hasta un 60% en el consumo de agua. Es muy sencillo instalar reductores de caudal y existen actualmente en el mercado diferentes opciones para todos los grifos de la vivienda.
Igual que el resto del año, utilizar la ducha en lugar de bañarse puede suponer un ahorro de un 50% en cada uso. La ducha debe durar aproximadamente 5 minutos y consumir 60 litros de agua. La temperatura óptima del agua debería rondar los 30ºC (agua templada).
También hay que prestar atención a las pérdidas. Una gota de agua por segundo se convierte en 30 litros al día (aproximadamente un 15 % del consumo diario de una persona).
Y hablando de agua, otra aclaración: el lavavajillas consume menos agua que el lavado a mano. Hay que elegir el programa económico -ahorra agua y energía- y usar sólo cuando esté lleno; a ser posible, con agua fría, ya que calentarla supone aumentar el consumo en 0,10 euros por cada litro.
Hay muchos más consejos en la Guía para el uso responsable de la energía en el hogar. Recordemos que España importa más del 80% de la energía que consume (el 100% del uranio y más del 95% del petróleo y del gas), según Eurostat. Y el 18,7% de la energía que se gasta en España se consume en el ámbito residencial, según datos del IDAE.
Ahorrar energía, además de ayudar a la economía doméstica, también es una de las maneras más eficaces de colaborar a un desarrollo sostenible. Cada persona debe tomar las medidas que están a su alcance para preservar la buena salud del planeta.